La flor muerta del algodón
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La flor muerta del algodón nace de la necesidad de nombrar, pensar y poetizar el dolor de las mujeres. Es un viaje circular que comprende la búsqueda, la supervivencia y la reconciliación. Pretende explorar el cuerpo como espacio político, así como los posibles resquicios de un lenguaje en ruinas desde los que enunciar una resistencia. La memoria, la violencia y el poder son otros temas a través de los cuales se va tejiendo una cruda y rebelde aspiración a la libertad.
Hay existencias
Conoce a la autora
Nerea Rojas Martínez (Cenes de la Vega, Granada, 15 de junio de 1999) estudia el grado de Literaturas Comparadas en la Universidad de Granada.
En 2019 resultó ganadora de un accésit en el II Certamen de poesía GATA CATTANA. La flor muerta del algodón (ediciones en el mar, 2020) es su primer libro publicado.
La ventana a la literatura se la abrió la lectura de Edgar Allan Poe, pero si tuviera que elegir tres figuras fundamentales para su escritura serían Virginia Woolf, Olalla Castro Hernández y Gata Cattana.
Se la puede encontrar en Instagram en @amolosmundossutiles. #LeeAutoras.
VII
Lo sagrado de este silencio,
lo sagrado, dicen, de ser madre
pretendo incumplirlo con los gritos propios
de una sala de partos.
El hogar tenido en esta ceremonia
no saldrá jamás en programas políticos.
Y, sin embargo,
¿no es encajar los sudores fríos
y arquear las piernas para abrazar a una vida
que no nace
el asunto más político sobre el que un cuerpo
puede bailar?
Las sábanas que atestiguan los retorcimientos
saben bien lo social de los tejidos domésticos.
Los gritos que profiero,
el esplendor de las banderas,
escribir desde la verdad de una cama y sus marcas,
dónde el hueco para la ficción,
dónde colocar el punto
para coser estos trapos sueltos,
estas líneas de la mano defectuosas.
La maternidad es una cuestión de Estado.
Yo soy un Estado enfermo
de gritos que no calan,
de huellas que no se encuentran con la luz.
Y a la enfermedad del Estado
es sagrado mantenerla en silencio.
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Lo han hecho posible
Maquetación: Lara Losada
Maquetación eBook: Jordi Casamayor
Diseño de cubiertas: Celia López Bacete
Información adicional
ISBN-13 PAPEL | 978-84-120371-6-6 |
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ISBN-13 EBOOK | 978-84-125800-5-1 |
Primera edición | Febrero de 2020. |
Número de páginas | 74 |
Iriaagi –
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Cando leo poesía síntome abatida, porque a poesía é susceptible de ser interpretada, e a min xérame certa inquedanza non saber o que a autora realmente quere transmitir. Quere decir esto ou quizás esto outro? Que estará sentindo? Quero empatizar con ela.
Para min é axitado leer poesía cando se escribe sobre maternidade e dor, aínda que aquí atopo un lugar donde mecerme, un hombro sobre o que apoiarme. Asinto coa cabeza.
La flor muerta del algodón vai sobre dor, maternidade, sororidade, procesos de duelo, linguaxes, instrumentalización médica, memoria ancestral e invisibilización. Cada final de verso é un disparo na sien.
«La maternidad es una cuestión de Estado.
Yo soy un Estado enfermo,
de gritos que no calan,
de huellas que no se encuentran con la luz.
Y la enfermedad del Estado,
es sagrado mantenerla en silencio»
.
Rojas emplea cantidade de metáforas que fan da pena algo completamente bello e últimamente en @edicionesenelmar estou atopando esto; escritoras que son capaces de construír dende a dor e fan dela algo fermoso. E eu non salgo do meu asombro preguntándome, como é posible? . «El dolor no es lo peor
Elena Sánchez Sampedro (propietario verificado) –
Es un libro muy humano que habla de la no maternidad, las renuncias, la violencia contra las mujeres por lo que significa ser mujer, la deshumanización de la sanidad en estos ámbitos, la herencia familiar y las imposiciones en cuanto a la feminidad. Todo tratado con un lenguaje muy cuidado y a la vez tan profundo pero real que que te hace llegar a la conexión con la autora.
marta.gilabert.guzman (propietario verificado) –
BRUTAL! no he leído nunca nada que me haya llegado tanto. Es como mirarte hacia dentro. No hay palabras, hay que leerlo.
Diana Nastasescu –
En «La flor muerta del algodón» Nerea habla del dolor, de ese dolor que compartimos todas las mujeres con nuestras hermanas pasadas, presentes y futuras. Se forma desde el interior de nuestras madres y sabes que «te dueles porque tenía que ser así», es un dolor ancestral casi cultural. El poemario está dividido en tres partes: Génesis, Medicalización y Maternidad; en cada una de ellas la autora utiliza los símbolos de la feminidad para mostrar la maduración del cuerpo a través del dolor y la sangre, y los tratamientos (a veces) innecesarios para paliar los efectos de ser mujer.
Se pregunta si «¿hallaré algo detrás del dolor?» y se responde que «tal vez este dolor sea un lenguaje», que «se parece a la guerra», «resucita de una flor muerta», «un verdugo silencioso» que «nunca se esfumará». En sus versos una reconoce el mismo monstruo que le araña el vientre por dentro, que la hace sentir «atrapada por el aparato reproductor», un castigo «una vez cada no demasiados días» en forma de sacrificio sangrante por estar enferma, por no ser madre.
Nerea describe la menstruación como lo que es, dolor, ausencia de maternidad («un espejo que me llama deshabitada»), o, en su caso, una maternidad diferente de un «hijo invisible que yace // entre mis muslos temblorosos», «otro hijo imaginario fallecido». En su primer poemario, la autora consigue transmitir tanto, pero tanto, que tuve que parar para respirar entre verso y verso.
criscrismacian (propietario verificado) –
Leer a Nerea ha sido como abrazar el dolor de la forma más sincera que te puedes imaginar. He tenido que releer cada verso, subrayarlo y dejarlo reposar, porque es de esa poesía que atrapa por dentro y no te suelta. Gracias a la editorial por apostar por el talento de Rojas, ha sido un grandísimo descubrimiento y ojalá tener pronto en la estantería otro pedacito más de la autora.
carumens –
«Cada poema es un parto», dice Nerea Rojas en ‘La flor muerta del algodón’.
Y tanto.
Cada palabra de este poemario es directa y sincera. Se habla sobre la maternidad, el trauma, el dolor (no solo propio sino también heredado), la memoria, y se relacionan todos estos temas con su naturaleza política. Se hace también una reflexión sobre el lenguaje, su uso y las implicaciones de este. (Como yo soy un poco friki del lenguaje, todas las metáforas y no-metáforas acerca de este me han parecido maravillosas y dignas de tatuaje.)
Hacía tiempo que no leía algo tan triste y a la vez tan bonito. Recomiendo 100/100.
mrleojim (propietario verificado) –
Agradezco encontrarme cada cierto tiempo con poesía que exige un ejercicio más profundo de concentración, poesía que me obligue a descifrar lo que la autora pretende que entendamos. La poesía de Nerea está llena de metáforas, dolor y verdad, una verdad compartida que se ha silenciado durante mucho tiempo. Siempre que tengo ocasión, recomiendo este libro a mis amigas.
laurarram96 (propietario verificado) –
«La flor muerta del algodón» es un libro que cuenta la historia del dolor que viven tan frecuentemente las mujeres cisgénero a causa de la menstruación. El cuerpo enfermo, el cuerpo condenado a la medicalización para poder sobrellevar la punzada desde el nacimiento; con la sutileza anunciada en el título, que combina la asepsia del algodón y, en lo que casi resulta un oxímoron, nos habla de flores muertas, de úteros inertes pero vivos, de la herencia del dolor. Simple, fresca, la poesía de Nerea Rojas se desliza y le da voz a lo que siempre se silencia.
Carmen –
«¿no es encajar los sudores fríos
y arquear las piernas para abrazar a una vida
que no nace
el asunto más político sobre el que un cuerpo
puede bailar?
Las sábanas que atestiguan los retorcimientos
saben bien lo social de los tejidos domésticos.»
Me es inconcebible que se pueda escribir con tanta sensibilidad, y más aún siendo este el primer libro que se publica de la autora. Recomendadísimo.
Silvana L. (propietario verificado) –
paula.aparicio.cejudo –
Un poemario brillante.
Elena Pastor Monedero (propietario verificado) –
Un relato crudo, violento, sensible y político sobre el dolor. Noelia Rojas es capaz de encontrar la belleza para hablar del dolor, lo cual me resulta fascinante a la par que demoledor.
Salgo de este breve poemario revuelta entera, queriendo escuchar a todas aquellas que comparten este dolor:
“Yo soy un Estado enfermo
de gritos que no calan,
de huellas que no se encuentran con la luz.
Y a la enfermedad del Estado
es sagrado mantenerla en silencio”
Nos han silenciado durante demasiado tiempo, la voz de Noelia es una fisura en ese silencio, que su esfuerzo abra la puerta a todas las demás.
Recogería aquí muchos de sus versos, especialmente de la segunda y la tercera parte del poemario, pero es mejor que lo leáis entero🥀