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Ellas también pelearon

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El nazismo y la segunda guerra mundial no fueron solo cosa de hombres. En contra de lo que siempre se ha dicho, el papel de la mujer fue esencial para el desarrollo de esa ideología totalitaria, y también fue fundamental en la lucha por la libertad arrebatada.
Mujeres que adoctrinaron a millones de alemanas, verdugas con poder sobre la vida y la muerte, combatientes en todos los ejércitos enfrentados, líderes de revueltas en los guetos y los campos de concentración, cronistas que estuvieron en primera línea de fuego…
Basándose en datos y testimonios, este ensayo histórico analiza de forma amena la presencia femenina y su influencia, al tiempo que visibiliza a numerosas mujeres cuya relevancia ha quedado oscurecida por el protagonismo de los hombres.

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Conoce al autor

Antonio Marcelo (1972) es periodista y escritor. Ha trabajado para diferentes medios de comunicación, como la Agencia EFE, TVE y las televisiones valenciana y murciana, y ha colaborado con diversos periódicos y cadenas de radio.

Entre sus ensayos históricos destaca la «Guía rápida de la Transición», además de numerosos escritos centrados en la política española de los siglos xix-xx.

Es autor, además, de diversos libros de fantasía y de terror, como «Crudos Sucios Sangrientos», «El Flash», «La banda de la maleta roja», «El Vendado», «Primer bestiario» o «Peligro, no hay suelo» (Premio Letras Murcianas 2018).

Lorquino de adopción, en la actualidad reside en Sant Joan d’Alacant, donde pasó su infancia, y es feliz con Elena y con sus hijos.

Lee un extracto

Felice Schragenheim lo tenía todo para estar en el punto de mira de los nazis: era judía y lesbiana. Sin embargo, en vez de ocultarse, lo que habría sido muy humano, optó por dar rienda suelta a su sexualidad; y no solo eso, sino que combatió como espía al régimen que estaba oprimiendo y masacrando a la gente como ella. Por eso, acercarnos a su vida, y a la de su mujer, nos parece muy revelador (Comas, 2006; Delgado, 2016; Weik, s. f.).

Cuando estalló la guerra, Felice era una judía berlinesa de 17 años que había perdido a sus padres. Trató de irse a otro país para esquivar las medidas antisemitas de los nazis, pero no lo consiguió, de manera que permaneció en Alemania, viendo cómo el cerco se estrechaba, hasta que en 1942 recibió la orden presentarse en un punto de reunión para ser deportada al este.

Felice desoyó la orden, lo que la condenaba a muerte si era capturada, y tuvo que pasar a la clandestinidad. En los meses sucesivos ejerció como secretaria y fue periodista en una revista nazi: se hizo contratar con una identidad falsa, contactó con la Resistencia alemana y comenzó a pasarles la información a la que tenía acceso como redactora.

A principios de 1943 inició una relación amorosa con una mujer que era la antítesis de ella misma: Elisabeth —Lilly— Wust, una alemana aria de 29 años, ama de casa, madre de cuatro hijos y cuyo marido era un oficial que estaba en el frente del este. En un momento dado, Lilly dio el paso de divorciarse legalmente para vivir con Felice, pasando de ser «el reposo del guerrero» a la pareja de una judía miembro de la Resistencia. A ambas se las recuerda como «Aimée y Jaguar», que fueron los apodos cariñosos que se dedicaron; Lilly era Aimée, y su mujer era Jaguar.

Su relación duró hasta el 21 de agosto de 1944. Aquel día fueron a nadar a un lago, disfrutaron del día y se sacaron una foto en la que aparecen juntas, sonrientes… Unas horas más tarde, cuando volvieron a casa, se encontraron con que les estaba esperando la Gestapo. Los nazis se llevaron a Felice y la metieron en el campo de Theresienstadt. Lilly se salvó, quizás por su condición de madre condecorada y casada con un oficial. Desesperada, trató de ayudar a su mujer, e incluso llegó a presentarse en el campo de concentración. No logró salvarla. Felice fue deportada a Auschwitz, y luego a Gross-Rosen. La última carta que le mandó a Lilly es de finales de diciembre de 1944; después se perdió su pista para siempre.

Lilly —Aimée— falleció en 2006, honrada por alemanes e israelíes por haber defendido a su mujer y a otros judíos.

Información adicional

Peso 0,176 kg
Dimensiones 20 × 13 × 2 cm
ISBN-13 PAPEL

978-84-122632-4-4

ISBN-13 EBOOK

978-84-126825-8-8

Primera edición

Noviembre de 2022

Número de páginas

454

2 reviews for Ellas también pelearon

  1. Lucía (propietario verificado)

    Este libro es un diez. El autor es un diez. Y la manera de contar así una historia, también es un diez. Menos mal que todavía hay personas y sobre todo, editoriales que le dan voz a las «olvidadas», a las que no se nombra nunca. ¿Qué sería del mundo actual sin el conocimiento de quién hizo qué en una cierta época de la historia.
    Menos mal que este libro existe, porque me ha dado pie a seguir leyendo sobre ellas.

  2. Laura Monedero Ródenas (propietario verificado)

    Me ha encantado!!!! 100% recomendable

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